En su libro y película: “Messages from Water” o “Mensajes del agua”, el Dr. Emoto cuenta como logró curar pacientes dándoles de beber agua previamente sometida a ciertas vibraciones. Emoto entendía el poder de la vibración, todo en la naturaleza vibra.  Sin embargo se preguntaba porque cierta agua curaba y otra no. Un día paseando por el invierno japonés, al ver los copos de nieves pensó que si la nieve es agua entonces si congelaba el agua tal vez podría entenderla mejor.

Experimentos del Dr. Emoto

Así empezaron los experimentos del Dr. Emoto. Se tomaron muestras de agua de fuentes naturales, de servicios públicos en Japón y otras fuentes. Las gotas de las muestras se congelaron y observaron posteriormente en el microscopio. En el agua de fuentes naturales se apreciaban formas fractales bellas que se expandían bajo la lupa. El agua de los grifos en cambio mostraba formas desintegradas y sin belleza, es decir agua cuya vida había sido comprometida energéticamente.

El agua y la música

Emoto continuó y expuso el agua a la música: Mozart, Beethoven y Dvorak. Los cristales del agua embellecían aún más después de “oír” música. También se marcaron diferentes recipientes con agua de la misma fuente. Unos recipientes se marcaron con mensajes negativos como: “Te odio” y otros con mensajes positivos como: “Te amo”, “Gracias”. A los días el agua con mensajes positivos mostraba las formas cristalinas y el agua con palabras negativas se veía descompuesta

El agua y los pensamientos

Además Emoto pidió a personas enviar pensamientos positivos a un recipiente con agua y pensamientos negativos a otro recipiente. Nuevamente el agua de los buenos deseos exhibía patrones lindos y expansivos mientras que los malos deseos habían desintegrado por completo al agua que recibió la negatividad de las personas ¿Qué pasó con las muestras de agua? Las vibraciones de la música, las palabras y los pensamientos vistos desde la física son una forma de energía y la energía puede cambiar cosas, en este caso se cambiaba la estructura del agua. Voilá! Emoto encontró el poder que tienen los pensamientos y las palabras sobre ciertas estructuras, encontró lo que estaba buscando

Si pensamos que al nacer somos 75% de agua y en edad adulta este número es 65%, que nuestro planeta Tierra con un 71% de agua es más agua que tierra. Imagina entonces el efecto que tus pensamientos y palabras pueden tener sobre ti, sobre tu cuerpo, sobre los demás y sobre el planeta!. Te hace reflexionar ¿verdad? Tenemos que escoger mejor las palabras que decimos y  las que nos decimos a nosotros mismos cada día. Ser conscientes del poder de los pensamientos que albergamos y que los demás albergan. Elijamos una vibración superior que nos eleve y embellezca como un cristales de agua